Por: P. Carlos Medina, OSA
Anicia Proba, una mujer noble romana (que mantenía correspondencia con San Juan Crisóstomo y San Agustín) le preguntó a Agustín cómo debía orar. En su respuesta podemos encontrar los siguientes diez consejos útiles para nuestra vida de oración.
1. Considérate desolado en este mundo aunque tengas muchas posesiones y aunque tengas muchos amigos y una familia numerosa, porque todos los bienes en esta tierra son temporales, y nosotros no somos más que peregrinos en esta tierra. Tener presente esta realidad os ayudará a reconocer la necesidad de orar siempre: “por muchas comodidades que nos rodeen, por muchos compañeros de camino que tengamos, bien sabéis lo inciertos que son todos estos deleites. Y en comparación con la felicidad futura prometida, ¿qué podría significar cualquier cosa en esta tierra, incluso si no fuera incierta? (Carta 130:2.5)
2. Orad siempre por la vida bendita del cielo: “Habiéndoos dicho cómo orar, os diré en dos palabras por qué orar: la vida eterna”. (Carta 130:4.9)
3. El ejercicio de desear el cielo ayuda a crecer en ese deseo, y en la capacidad de recibir tal don: “tanto mayor será nuestra capacidad, en la fidelidad con la que lo creamos, con la firmeza que lo esperemos y con el ardor que deseemos”. él." (Carta 130:4.17)
4. Durante determinados momentos del día, es bueno rezar en voz alta el Padre Nuestro, los Salmos y otras oraciones vocales por tres motivos: “uno para poner delante de nosotros símbolos de lo que deseamos; dos, ver cuánto hemos progresado en el significado de las palabras que oramos; y tres, animar y crecer en nuestro celo por Dios”. (Carta 130:9.18)
5. Cuando estés libre de tus obligaciones, tómate un tiempo para una oración más prolongada, y no tanto con “largos discursos, sino con afecto sostenido”. (Carta 130:10.19)
6. El que ora cree, espera y ama a Dios. (Carta 130:13.24)
7. Si bien tenemos cuidado de no dañar nuestra salud, el ayuno ayuda a nuestra vida de oración. También lo es la limosna. (Carta 130:13.24)
8. Si no recibes lo que pides, tolera con paciencia esa respuesta, ya que Jesús mismo oró: “Padre, no lo que yo quiero, sino lo que tú quieres. (Mateo 26:39)”. (Carta 130:14.26)
9. Ora con estas virtudes: “esperanza, fidelidad y amor; también con perseverancia y paciencia”. (Carta 130:16.29)
10. No juzguéis la vida de oración de los demás: “Cada uno de vosotros, haced lo que podáis para orar. Si no puedes hacer lo que hace otro, pero amas lo que ella hace, en cierto sentido también lo haces a través de ella. El que está más limitado para orar no debe estorbar al que puede orar más, y el que puede orar más no debe exigir más al que está más limitado. Todos vosotros debéis a Dios vuestra conciencia y os debéis caridad unos a otros”. (Carta 130:16.31)